Siempre ha llamado bastante la atención que los más grandes y mejores artistas, escritores e iconos de la historia en general, sean solo hombres y es que históricamente las mujeres han sido omitidas o eliminadas por intentar ocupar un espacio que no era aceptado en una sociedad machista, tal es el caso de una revolucionaria del siglo XVIII que firmaba como Olympe de Gouges.

Esta mujer nació el 7 de mayo en 1748, bajo el nombre real de Marie Gouze, en Montauban, Francia. Creció en el seno de una familia burguesa, su padre era carnicero y su madre estaba involucrada en el negocio de telas. A la temprana edad de 17 años fue obligada a casarse con un hombre bastante mayor, con quien tuvo su único hijo, Pierre Aubry. Al morir su esposo con quien jamás pudo encontrar la felicidad, tomo la decisión de no volver a casarse, consecuentemente exigió el derecho al divorcio, pues definía el matrimonio como «la tumba del amor y de la confianza».

Al quedar viuda decide usar el segundo nombre de su madre y una variante de su apellido, pues se rehusaba a adoptar el apellido de su difunto esposo, Aubry, aunque gracias a este recibe una pensión de 70.000 francos, por lo que al poco tiempo después se va a París, para dedicarse a escribir literatura. Fue aquí donde inicialmente empezó a escribir obras para el teatro, pero luego escribiría sobre política, un campo en donde las mujeres no estaban permitidas.

Una de sus dramaturgias más reconocidas es, La esclavitud de los negro, con esta obra, de Gouges pretendía llamar la atención sobre este tema, asimismo el abordarlo fue tan escandalosos y tan peligroso para mantener el sistema de colonias que ya estaba establecido, que fue encarcelada, pero poco tiempo después, gracias a las relaciones que mantenía con contactos claves fue liberada. A pesar de ello, este suceso no la detendría a seguir participando en movimiento para abolir la esclavitud, ya que escribió otras obras como Reflexiones sobre los hombres negros y El mercado de los negros.

De por sí, de Gouges escribió muchísimas obras de teatro, pero también tuvo muchos escritos políticos, incluyendo artículos, folletos, carteleras, entre otros, sin embargo su obra más notable seria la paráfrasis de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, escrito en 1789, pero orientada a los derechos de la mujer.

Precursora del feminismo

Con el inicio de la revolución francesa en 1789, empezaría un periodo de cambios, sobre todo en temas sociales y políticos, bajo el lema «Liberté, égalité, fraternité» («Libertad, igualdad y fraternidad»), no obstante este periodo de cambios olvidaría a las mujeres en muchos sentidos, por lo que Olympe de Gouges respondería con la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791, un texto que comenzaría con la siguiente frase:

«Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta».

Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana

«La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común», el primer artículo de esta declaración reclama la igualdad de tanto hombres como mujeres, en todas las dimensiones de la vida en sociedad en donde la mujer no podía desempeñarse, por no querer o no pensar en hacerlo, pero es por este acto que Olympe de Gouges es considerada una de las precursoras del feminismo.

En el epílogo de esta declaración Olympe llamaría a las mujeres a despertar; «¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuándo dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la Revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible… ¿Qué os queda entonces? La convicción de las injusticias del hombre», es notorio que tomar conciencia de la situación de las mujeres por las mismas mujeres e incluso por los hombres, era un paso a lo que serían los movimientos feministas de décadas siguientes.

Un pensamiento decapitado

Sin duda esta era una mujer profundamente preocupada por las injusticias sociales, no solo alzo su voz a favor por un contrato del matrimonio renovable, de los esclavos negros y de la igualdad de género, sino también se preocupó por la unión libre, porque los menos favorecidos como ancianos, mujeres viudas con nada de recursos y jóvenes sin padres fueran acogidos y ayudados a través de un impuesto voluntario, además de proponer talleres de trabajos para personas desempleadas, todo ello planteado en Journal General de France Lettre au pauple ou le Projet d’une Caisse patriotique (Diario general de France Carta a las personas o el proyecto de un Fondo patriótico), un planteamiento que no fue tomado en cuenta.

Aunque la declaración por la que se hizo famosa, escandalosa y revolucionaria seria la que la pondría en la mira de Robespierre, probablemente uno de sus pensamientos bastante osados para la época será la que la condenaría, Olympe pensaba realmente que las mujeres eran superiores a los hombres debido a la naturaleza de cada sexo, la mujer era quien daba vida a aquellos que las ignoraban.

Quizás el error más grande de esta mujer fue pensar diferente, un pensamiento que no cambiaría ni dejaría de manifestar sus inquietudes, creencias e ideologías a través de sus escritos y que solo podría ser silenciado al llevarlos a la guillotina.

Marie Olympe de Gouges fue acusada como una traidora a la revolución francesa, fue encarcelada y exigía ir a juicio para defenderse, y así lo hizo, ya que no contaba con un abogado asignado. Esta mujer ante un tribunal de hombres se defendió con valentía y mucha inteligencia el 2 de noviembre de 1793, aun sabiendo que su destino no cambiaría. El 3 de noviembre de 1793 sería guillotinada a la edad de 45 años, una fecha que quedaría marcada para siempre en la historia, siendo la segunda mujer en morir en la guillotina después de María Antonieta. Así mismo, luego de su muerte, Pierre Aubry, su hijo, fue perseguido y amenazado, por lo que  tuvo que renegar de su madre para evitar correr con la misma suerte que ella.

Referencias:

L. Del Río González (SF), Olympe de Gouges y el primer feminismo de la igualdad.

Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. Biblioteca libre OMEGALFA