Nuevas investigaciones en el yacimiento El Collado en Oliva (Valencia), detectaron la época en la que vivieron los cazadores del Mesolítico. Después de 40 años de los primeros descubrimientos en el lugar, fueron analizados con el método del carbono-14 los restos encontrados.
El reconocido grupo de científicos liderados por el CSIC, ha dado a conocer los datos encontrados en el conjunto funerario que datarían de una edad aproximada entre 8.500 y 9.500 años. Los 14 enterramientos que fueron documentados en el yacimiento de Valencia entre 1987 y 1988, se encontraban en una extensión de casi 143 metros cuadrados. La antigüedad de los restos óseos dificultaba en aquellos años, saber la fecha de la necrópolis encontrada. Con los nuevos datos certificados por esta prueba, se confirma que El Collado no solo es la necrópolis más grande descubierta hasta ahora en España, sino también la más antigua.
La hipótesis que se refería a los cementerios ibéricos de los concheros portugueses como los más antiguos, queda desterrada con estos informes recientemente revelados. Los habitantes de la época sepultaron durante casi 1.000 años a sus difuntos, coincidiendo con otros yacimientos mesolíticos conocidos en el resto de Europa. Los investigadores y arqueólogos declararon al respecto: “Creemos que esta población nómada volvía de forma recurrente a esta zona de El Collado, porque está cerca del mar y tiene una visualización privilegiada de las dos vertientes del Golfo de Valencia”.
Un espacio con fines sepulcrales analizado detenidamente por los científicos, que buscaron mediante la prueba físico-química del carbono-14, data el periodo en el que se utilizó este suelo. Investigación que consideró además los niveles estratográficos, analizando los cambios que sufrieron las fosas a lo largo de los 1.000 años. Con la información recopilada sobre el suelo, se conoce que fue utilizado por la población también para su asentamiento. En el lugar se encontraron distintos depósitos de conchas, razón por la cual se cree, que consumían moluscos las comunidades de la época. Sobre ello, los arqueólogos comentan: “Hemos encontrado también útiles de piedra, por lo que sabemos que vivían en el mismo lugar donde sepultaban a sus muertos, pero esto no es extraño, es algo habitual”.
Esta necrópolis presenta características concretas que llevan a pensar a los estudiosos, que solamente se enterraba un cuerpo y que no se cavaba después en el mismo sitio. Esto se observó, porque se descubrieron en las tumbas algunas señales, además que no existe superposición ni se cortan entre ellas. La función funeraria incluía señalizaciones que se respetaban y conocían entre las comunidades. La posición fetal en la que fueron encontrados los restos, según los arqueólogos: “se encontraron muy contraídos”. Posiblemente se enterraban atados y las diferencias entre las fosas, no se relacionan con las condiciones sociales de los difuntos, porque no se descubrieron en diferencias de ajuares. En todos se observaron las mismas particularidades, tratándose de prácticas funerarias repetidas durante los 1.000 años.
Informe sobre la prueba del carbono-14
Esta técnica se fundamenta en isótopos altamente fiables de las muestras orgánicas, mediante la cual se conoce la edad de las mismas, siempre que sean menores a los 45.000 años. Una prueba que aplica la ley de decaimiento exponencial con radiactivos. Se lleva a cabo a través de rayos cósmicos que bombardea con átomos de nitrógeno la muestra. Ante la muerte de todos los organismos vivos existentes, se aplican los átomos de carbono-14 que concentran los isótopos, que irán decreciendo y se transformarán en nitrógeno-14, mediante radiactivos. Una efectiva y moderna prueba, que mide científicamente el total de radiactividad en estos tipos de muestras, siempre que sean orgánicas como en la investigación mencionada. Un método que consigue determinar la fecha en la que se produjo la muerte del organismo, analizado con el carbono-14. Este procedimiento es conocido en el ámbito científico, como “edad radiocarbónica”. Con esta escala se puede saber el periodo transcurrido desde la muerte del ejemplar estudiado.
Investigadores del CSIC revelaron, que: “Hasta hace poco, las dataciones relativas a un conjunto funerario solían limitarse a unos pocos individuos en el mejor de los casos, ya que en muchas ocasiones se solían realizar dataciones indirectas, es decir, de elementos vinculados al individuo enterrado, pero cuya antigüedad podía no corresponderse necesariamente con el evento funerario. Por ello, nosotros hemos tomado muestras directamente de los huesos humanos de los 10 individuos”. Según estos datos recopilados, se trataría de restos óseos de cuatro mujeres y siete hombres. También se estudian otros que podrían pertenecer a dos hombres, un adolescente y un recién nacido, pero sobre los últimos aún no se conoce el sexo.