Si la semana pasada se trataba la vida y la expansión de los pueblos nórdicos, en este artículo se profundiza en sus creencias. Ello explica en cierta forma la importancia que tenía el combate para estos pueblos y la dificultad de asimilar el cristianismo.
Conviene destacar que hay diferencias entre los distintos poblados respecto a las creencias, lo que no resulta extraño por la distancia entre los pueblos. Al igual que muchas mitologías, como la griega o la mesopotámica, los dioses nórdicos estaban lejos de ser perfecto. Las conspiraciones y guerras entre ellos eran normales. Quizás se pueda afirmar que eran un reflejo de la estructura social de estos pueblos, siguiendo la tesis de Durkheim en relación al origen de la religión.
-
La creación del mundo.
Su cosmogonía parte del nacimiento del gigante hermafrodita, Ymer, y de la vaca, Audumla. Audumla se alimentaba lamiendo los bloques de hielo y de sus ubres surgieron cuatro ríos de leche, de los cuales se alimentaba Ymer. Del hielo apareció al tercer día el primer hombre llamado Buri, que es el abuelo del panteón nórdico. De su unión con una giganta nacieron Odín y sus hermanos, Vile y Ve.
Odín y sus dos hermanos mataron al gigante Ymer y con su cadáver construyeron el mundo, con su cráneo la bóveda celeste y con su sangre el mar. Después crearon a la primera pareja de humanos, Ask y Embla, a partir de dos árboles caídos. Para protegerlos de los gigantes los llevaron al interior de Midgrad (el recinto del centro), uno de los mundos en los que los vikingos dividían el cosmos.
Los dioses edificaron el mundo separándolo en recintos. Midgrad se encontraba en el centro y Asgrad, la residencia de los dioses, en un pico. Por debajo de Midgrad se hallaban Niflheim o Hel, el reino de los muertos. Los gigantes quedaron confinados en Jotunheim en los confines del océano. La cohesión de este cosmos la aseguraba Yggdrasil, el Árbol del Mundo, un fresno gigante que se levantaba hasta el cielo y sus raíces se hundían hasta el Hel.
-
El Panteón nórdico.
Odín o Wotan en alemán, dios de la guerra y de la sabiduría, presidía el Aesir, la asamblea de los Ases, es decir, de los dioses nórdicos. Odín es un dios polifacético. Se le considera, por un lado, un dios veleidoso, pero, por otro, es el padre de la poesía. Era el protector de los guerreros. De su unión con Frigg nacieron Thor y Baldur. A Odín le acompañan siempre su dos cuervos posados en sus hombros: Huggin (espíritu) y Muggin (Memoria). Los cuervos le traen información de lo que ocurre en todo el mundo y le aconsejan en las decisiones que debe tomar.
A Odín se le considera un dios astuto e inteligente. Para conseguir conocimientos el dios nórdico se colgó durante varias noches de las armas de Yggdrasil. No bebió ni comió nada en ese tiempo hasta que vio las runas que le proporcionaron conocimiento. También ofreció uno de sus ojos a cambio de sabiduría. Se lo dio al dios Mimir, señor de la fuente, para que le dejará beber de la fuente que brota junto a la raíz del Yggdrasil. El padre de los dioses en la mitología nórdica es tuerto, lo que le da un aspecto inquietante.
Thor llegó a despertar tanta veneración como su padre. Es el dios del trueno y también de los agricultores, ya que precisan de la lluvia para subsistir. Cuando había tormenta se decía que era Thor moviéndose con su carro tirado por dos machos cabríos. A este dios se le ha comparado en mucha ocasiones con el Zeus o el Jupiter de la tradición clásica. Ambos les corresponden el jueves (Donnerstag- día del trueno) como día de la semana, día vinculado al trueno, y Jupiter como planeta. El símbolo de Thor era su martillo, Mjolnir. Cuentan las historias que, para manejar esta arma, Thor necesitaba unos guanteletes de hierro y un cinturón que le dotaban de una fuerza gigantesca. Thor no podía fallar nunca el tiro con Mjolnir y que éste regresaba siempre a su mano.
Baldur, el segundo hijo de Odín, era bueno y tranquilo. Tanto los dioses como los hombres le amaban por su temperamento. Pero Baldur murió protón a causa de Loki. Frigg, la madre de Baldur y Thor, hizo jurar a todo sobre la faz de la tierra que no dañarían a Baldur. Sin embargo, se olvidó del muérdago por considerar que una planta tan pequeña no podría ser prejudicial. Loki, que sentía celos de Baldur, se enteró de esto y construyó una jabalina de muérdago. Le dio el arma a Hord, otro hijo de Odín, que era ciego. Éste tiró la jabalina y acertó a Baldur que murió en el acto.
Todos los dioses y los hombres lloraron la muerte del dios y pidieron a la guardiana del Hel que le dejara salir. Ésta aceptó con la condición de que todos hicieran duelo por Baldur. Sin embargo, Loki disfrazado de bruja se negó a llorar la muerte del hijo de Odín. Por ello Baldur quedó confinado en el infierno hasta que llegara el Ragnarók, el apocalipsis nórdico.
Loki era un dios hermoso y atractivo, pero malvado y caprichoso. Es conocido por sus tretas y su capacidad de engañar a los demás. Normalmente es considerado como hijo de los gigantes. Fue aceptado entre los Aesir porque Odín pensó que su inteligencia sería útil. Pero lo corriente es que Loki traiga problemas al grupo de dioses, aunque también los saca de ellos gracias a su astucia.
Loki tuvo descendencia con la giganta Angrboda, pero sus hijos fueron los tres monstruos más terribles del panteón nórdico: Jormungand, la serpiente de Midgrad, Fenrir, el lobo gigante, y Hel, la diosa del infierno. Jormungand rodea la tierra con su cuerpo y con su cola causa maremotos. Thor se decidió a eliminarla llevando como cebo una cabeza de toro. La serpiente picó el anzuelo y de este modo se entabló una lucha de fuerza entre los dos. La barca se tabaleó peligrosamente. Thor temeroso de la fuerza del animal cortó el sedal liberando al monstruo. En el Ragnarók ambos volverán a luchar por última vez hallando los dos la muerte.
Los dioses cansados de las traiciones de Loki lo encadenaron a tres rocas mientras una serpiente deja caer sobre él su veneno. Para que este veneno no le corroa la carne su esposa, Sigyn, lo recoge en un cuenco. Pero cuando la diosa tiene que vaciar el cuenco la ponzoña de la sierpe hace retorcerse de dolor a Loki. Cuando llegue el Ragnarok Loki se verá liberado de sus cadenas.
Frigg es la esposa de Odín y la más grande de las diosas germanas. Es protectora del matrimonio y de la maternidad, pero también del amor sexual. Surca por las noches el cielo en su rueca rodeada de piedras preciosas, formando la constelación de la rueca de Frigg. Es conocedora de los destinos de todos los hombres, pero jamás los revela.
Freyja es la diosa del amor. Su equivalente en el mundo clásico serían Afrodita o Venus, y en la mitología mesopotámica Isthar, es un nombre mitológico sinónimo del amor en general . Se la confunde a veces con Frigg por la relación de ambas con la fertilidad y el amor. Acompaña a Odín al campo de batalla y puede elegir a la mitad de los guerreros para el Valhala.
Hel es la diosa de la muerte e hija de Loki. Cuando llegue el Ragnarok enviará al combate un ejército de muertos liderados por su padre. Se la describe como mitad viva y mitad muerta o mitad negra y mitad blanca. Se la ha relacionado con la Hécate griega, ay que ambas son guardianas de las encrucijadas. También se la vincula con Frau Hölle o Holda, diosa de las brujas en el mundo germano.
Las valquirias son las sirvientes de Odín en el Valhalla y las que eligen a los guerreros para ir a morar junto a los dioses. Estimulan a los combatientes en las batallas montadas ellas a su vez en caballos de fuego, invisibles para todos excepto para aquellos que tiene el glorioso final de una muerte en combate. Algunos de estos guerreros van al palacio de Odín otros a los de Freija, considerada la primera Valquiria. En el Valhalla los hombres se pasan el día luchando entre sí y la noche festejando junto a los dioses. Los guerreros que han muerto durante las batallas en esos juegos de guerra resucitan de nuevo al atardecer. De esta forma se preparan para el fin, el Ragnarok.
-
El Ragnarok, el apocalipsis nórdico.
Los gigantes en su mundo de frío nunca perdonaron a los dioses la muerte del primero de ellos, de Ymir. De ahí que tramen constantemente una venganza contra los dioses para sumir al mundo en el caos. Cuando los gigantes se levanten Odín dirigirá la batalla, mientras que su hijo Thor aplastará a sus enemigos con su martillo. Se ha querido ver en la victoria sobre los gigantes de hielo una metáfora del triunfo de la primavera sobre el invierno.
Sin embargo, la lucha final supone la ruptura de ese equilibrio y el hundimiento en el caos. Esto es el Ragnarok, el crepúsculo de los dioses, como lo llamó Wagner. Llegará un día que los gigantes y le traidor Loki asaltarán Asgard. En ese tiempo los hermanos se volverá unos contras otros y los hijos destruirán a sus propias familias. Yggdrasil, el árbol que sostiene el mundo, es sacudido desde sus raíces. Loki escapa de sus cadenas y encabeza un ejército de muertos. Fenrir, el lobo, también rompe sus cadenas, forjadas mágicamente por los enanos, y escapa devorando todo a su alcance.
En el Valhalla empieza la batalla final. Odín con sus Valquirias se dispone a matar a Fenrir, pero éste abre la boca hasta llegar al cielo y el dios se pierde en ese abismo. A su vez el monstruo es atravesado por Vidar, hijo de Odin. Thor aplasta con su martillo la cabeza de Jormungand, la Serpiente de Midgard. Sin embargo, el aliento venenoso de esta monstruosa sierpe lo mata también a él. Loki y Heimdall se matan mutuamente. Todos los grandes dioses mueren en la batalla y los hombres caen en el abismo. Asgard es reducido a cenizas y el mar devora a la tierra. Fenrir el lobo devora hasta el propio sol. Todo queda cubierto por las aguas del caos y la oscuridad.
Hay mitos que narran que después de caos nacerá un nuevo mundo, donde los hijos de los antiguos dioses como Vidar y Vali gorbenará. Será entonces cuando Baldur renacerá y reinará la justicia. En este punto se ha visto cierta influencia cristiana.
Esta batalla mítica parece común a muchas culturas indoeuropeas, entre ellas la cristiana. Ya se ha mencionado ciertos paralelismos con la mitología clásica y la mesopotámica. La idea de un fin del mundo y de una lucha escatológica es un arquetipo asentado en el inconsciente del hombre de Occidente. Quizás lo que llame más la atención de las leyendas nórdicas y germánicas sea el énfasis que tiene la lucha y el combate. El Valhalla es el paraíso de los guerreros, pero en su lugar dedicado al combate.
Bibliografía:
Bartolotti, Alessandra, (2011), Mitología celta y nórdica, Barcelona, Ed. Robinbook.
Caro Baroja, Julio, (2010), Las brujas y su mundo, Madrid, ed. Alianza.