Conocemos la vida de muchos personajes históricos famosos pero, ¿y sus muertes?, ¿y las muertes más ridículas o absurdas de estos personajes? En este artículo os contamos algunas de estas muertes.

Se montó un pollo él solo

Esta muerte demuestra que la inteligencia no es lo mismo que la listeza. Francis Bacon fue un político, filosofo, escritor y científico muy importante del siglo XVI, toda una mente privilegiada. No se le ocurrió otra cosa que experimentar con un pollo en medio de una tormenta de nieve.

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Pensó que la nieve conservaba la carne de forma tan efectiva como la sal. Decidido a comprobarlo, compró un pollo, lo mató y se quedó fuera de casa para ver como el pollo cubierto de nieve se congelaba. El pollo nunca se congeló y el murió de pulmonía.

Lo que no mata, engorda

El 12 de febrero de 1771 el rey Adolfo Federico de Suecia se homenajeó con un gran banquete en el que tomo langosta, caviar, chucrut y arenque ahumado. Todo ello acompañado de grandes cantidades de champagne.

Para finalizar este gran banquete decidió comer su postre preferido: semilla relleno de mazapán y leche. Quizás con dos o tres raciones habria bastado, pero el rey esa noche tomo una cantidad de 12 raciones. Esa misma noche el rey murió por graves problemas intestinales.

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Con la bufanda al cuello

La madre de la danza moderna, Isadora Duncan, murió a causa de una bufanda que le encantaba usar. Iba conduciendo su automóvil, un 15 de diciembre de 1927, a toda velocidad.

La bufanda se le enganchó en la rueda y fue arrastrada por toda la calle con terrible fuerza.Fue arrastrada hasta que el chofer se detuvo a causa de sus gritos.

Caprichoso destino

Eduardo II de Inglaterra, rey del que se dice que fue homosexual, murió según la leyenda empalado, penetrado por el recto con una espada al rojo vivo.

Peligros hay en todas partes

Carlos VIII de Francia murió en Amboise en 1498, cuando solo tenía veintisiete años de edad, a causa de un ataque cerebrovascular sufrido durante un partido de pelota por un golpe en la cabeza contra el dintel de una puerta.

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No se salva ni el más fuerte

Nos referimos a la muerte de Atila el Huno. En uno de sus grandes banquetes, decidió saltarse la norma de no comer ni beber mucho.

En un momento de la noche, su nariz empezó a sangrar pero estaba demasiado borracho para darse cuenta. Se ahogó en su propia sangre y fue encontrado muerto la mañana siguiente. 

Tortuga 1-0 Esquilo

Este autor griego del siglo V a. C. está considerado como el padre de la tragedia griega. En uno de sus paseos un águila le arrojo una tortuga.

Esta ave acostumbra a lanzar animales contra las rocas y en este confundió la calva cabeza de Esquilo con una roca y murió por un golpe de tortuga.

Si bebes no hagas magia

Harry Houdini, en una de sus noches de pubs y alcohol, le pidió a un jugador de rugby que le propinara puñetazos en el estómago alegando que, gracias a su concentración, no sentiría nada. Lo que el famoso mago no sabía era que padecía de apendicitis y murió cuando uno de los puñetazos le reventó el apéndice.